viernes, 29 de abril de 2016

Actividad 4.4. DE CÓMO APLICAR EN EL AULA LO APRENDIDO....

Imparto clases de Formación Profesional en Asturias. Los Ciclos Formativos están relacionados con la Elaboración de Productos Alimentarios.

Muchas veces les repito a mis alumnos que el fin último de sus estudios es su inserción en el mercado laboral. Esto último lo pueden hacer desde dos frentes: uno, trabajando en una empresa ya creada, o lo que se denomina “trabajo por cuenta ajena” o bien creando ellos su propia pequeña empresa de productos alimentarios. En este último caso, ellos deberían tener un control total sobre todos los pasos y fases del proceso productivo, desde a que  proveedores comprar materiales a cómo distribuir y vender sus productos.


Para cualquiera de los dos casos tratamos de inculcarles la importancia que tendrá en su futuro la responsabilidad a la hora de la elaboración de los productos, cómo todo lo que salga de sus manos terminará en la despensa de un montón de gente y luego en sus estómagos. Si no trabajan con propiedad trasmitirán a su clientela enfermedades y patologías derivadas de los problemas de higiene o de contaminación (tanto física, química como microbiológica) lo que puede conllevar el cierre de la empresa ( y quizás, alguna que otra denuncia)

Tras haber realizado la Actividad 4, queda claro que habría que adicionar a las llamadas de atención anteriores sobre la salud del consumidor de nuestro producto, todo lo relacionado con alergias alimentarias o intolerancias alimentarias que se puedan derivar del consumo de nuestros productos.

Haría con ellos una actividad por cada tipo de producto elaborado que consistiría en determinar los alérgenos o las posibles intolerancias alimentarias que pudiera producir la ingesta de ese alimento procesado y cómo transmitirían esa información al consumidor (en las etiquetas que deben inventarse)

Respecto al tema de los mitos o los malos entendidos en cuanto a alimentos y alimentación (actividad 4.3.) procuraría hacerles comprender la importancia de tener espíritu crítico y saber valorar las informaciones provenientes de los medios de comunicación con una cierta perspectiva. El tema de los aditivos en los productos alimentarios puede parecer escabroso, visto desde las páginas de los tabloides, pero queda muy claro cuando lo llevas al aula y a la experimentación, pura y dura.
Cuando en nuestras prácticas elaboramos jamón curado o lomo embuchado (todos productos en los cuales se añaden de forma intencionada sales curantes o nitrificantes) lo primero que hacemos es analizar la legislación sobre los aditivos que se pueden añadir a estos productos cárnicos. Se ven las cantidades máximas (en ppm o ppb) que se deben adicionar. Explico con todo detalle como estas cantidades, en los procesos de curado en unidades climáticas, van consumiéndose, aportando al producto final la textura, el color, el sabor y aroma característicos... así el producto final contendrá cantidades mucho más bajas y dentro de lo permitido y no-dañino para la salud de los consumidores. Cuando se termina la práctica de elaboración, iniciamos los controles de laboratorio. Con ellos los alumnos pueden  determinar las cantidades finales de nitritos y nitratos existentes en cada producto y compararlo con las cantidades finales que la legislación determina que son no peligrosas. Se demuestra que los rumores y habladurías sobre la salubridad de los productos cárnicos transformados no tiene ninguna base científica. Si se elabora por parte de las industrias con seriedad y rigor y si los compradores consumen el producto de una forma racional no tiene porque haber ningún peligro en estos alimentos.

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