Imparto clases de Formación Profesional en Asturias. Los
Ciclos Formativos están relacionados con la Elaboración de Productos
Alimentarios.
Muchas veces les repito a mis alumnos que el fin último de
sus estudios es su inserción en el mercado
laboral. Esto último lo pueden hacer desde dos frentes: uno, trabajando en
una empresa ya creada, o lo que se denomina “trabajo por cuenta ajena” o
bien creando ellos su propia pequeña empresa de productos alimentarios.
En este último caso, ellos deberían tener un control total sobre todos los
pasos y fases del proceso productivo, desde a que proveedores comprar materiales a cómo
distribuir y vender sus productos.
Para cualquiera de los dos casos tratamos de inculcarles la
importancia que tendrá en su futuro la responsabilidad a la hora de la elaboración
de los productos, cómo todo lo que salga de sus manos terminará en la despensa
de un montón de gente y luego en sus estómagos. Si no trabajan con propiedad trasmitirán
a su clientela enfermedades y patologías derivadas de los problemas de higiene
o de contaminación (tanto física, química como microbiológica) lo que puede conllevar
el cierre de la empresa ( y quizás, alguna que otra denuncia)
Tras haber realizado la Actividad 4, queda claro que habría
que adicionar a las llamadas de atención anteriores sobre la salud del
consumidor de nuestro producto, todo lo relacionado con alergias alimentarias o
intolerancias alimentarias que se puedan derivar del consumo de nuestros
productos.
Haría con ellos una actividad por cada tipo de producto
elaborado que consistiría en determinar los alérgenos o las posibles
intolerancias alimentarias que pudiera producir la ingesta de ese alimento
procesado y cómo transmitirían esa información al consumidor (en las etiquetas
que deben inventarse)
Respecto al tema de los mitos o los malos entendidos en cuanto a alimentos y alimentación (actividad 4.3.) procuraría hacerles comprender la importancia de tener espíritu crítico y saber valorar las informaciones provenientes de los medios de comunicación con una cierta perspectiva. El tema de los aditivos en los productos alimentarios puede parecer escabroso, visto desde las páginas de los tabloides, pero queda muy claro cuando lo llevas al aula y a la experimentación, pura y dura.
Cuando en nuestras prácticas elaboramos jamón curado o lomo embuchado (todos productos en los cuales se añaden de forma intencionada sales curantes o nitrificantes) lo primero que hacemos es analizar la legislación sobre los aditivos que se pueden añadir a estos productos cárnicos. Se ven las cantidades máximas (en ppm o ppb) que se deben adicionar. Explico con todo detalle como estas cantidades, en los procesos de curado en unidades climáticas, van consumiéndose, aportando al producto final la textura, el color, el sabor y aroma característicos... así el producto final contendrá cantidades mucho más bajas y dentro de lo permitido y no-dañino para la salud de los consumidores. Cuando se termina la práctica de elaboración, iniciamos los controles de laboratorio. Con ellos los alumnos pueden determinar las cantidades finales de nitritos y nitratos existentes en cada producto y compararlo con las cantidades finales que la legislación determina que son no peligrosas. Se demuestra que los rumores y habladurías sobre la salubridad de los productos cárnicos transformados no tiene ninguna base científica. Si se elabora por parte de las industrias con seriedad y rigor y si los compradores consumen el producto de una forma racional no tiene porque haber ningún peligro en estos alimentos.
Respecto al tema de los mitos o los malos entendidos en cuanto a alimentos y alimentación (actividad 4.3.) procuraría hacerles comprender la importancia de tener espíritu crítico y saber valorar las informaciones provenientes de los medios de comunicación con una cierta perspectiva. El tema de los aditivos en los productos alimentarios puede parecer escabroso, visto desde las páginas de los tabloides, pero queda muy claro cuando lo llevas al aula y a la experimentación, pura y dura.
Cuando en nuestras prácticas elaboramos jamón curado o lomo embuchado (todos productos en los cuales se añaden de forma intencionada sales curantes o nitrificantes) lo primero que hacemos es analizar la legislación sobre los aditivos que se pueden añadir a estos productos cárnicos. Se ven las cantidades máximas (en ppm o ppb) que se deben adicionar. Explico con todo detalle como estas cantidades, en los procesos de curado en unidades climáticas, van consumiéndose, aportando al producto final la textura, el color, el sabor y aroma característicos... así el producto final contendrá cantidades mucho más bajas y dentro de lo permitido y no-dañino para la salud de los consumidores. Cuando se termina la práctica de elaboración, iniciamos los controles de laboratorio. Con ellos los alumnos pueden determinar las cantidades finales de nitritos y nitratos existentes en cada producto y compararlo con las cantidades finales que la legislación determina que son no peligrosas. Se demuestra que los rumores y habladurías sobre la salubridad de los productos cárnicos transformados no tiene ninguna base científica. Si se elabora por parte de las industrias con seriedad y rigor y si los compradores consumen el producto de una forma racional no tiene porque haber ningún peligro en estos alimentos.
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